Es pecado… pero me gusta (La signora ha fatto il pieno) (1978)

Fabrizio contrata los servicios de una prostituta para que simule ser su esposa y lo acompañe a pasar un fin de semana en la casa de campo de su amigo Rómulo. Es que también ha sido invitado Arístides Almirante, un importante funcionario del Ministerio de Sanidad, de quien depende la aprobación de un nuevo medicamento de dudosa eficacia llamado Fagatín, cuya patente Fabrizio posee. Espera que el funcionario se sienta atraído por Lola, y de esta forma firme la autorización del medicamento en cuestión. El fin de semana resulta más complicado de lo previsto, y las infidelidades conyugales se suceden en cadena.